jueves, 12 de abril de 2018


EL DILEMA DE JUAN DÍAZ DE LA TORRE



POR: GUILLERMO OROZCO R.

“Yo soy maestro y no votaré por Meade ni por el PRI, Juan Díaz no me representa”
A pesar de que el SNTE fue creado en 1943 por el presidente en turno, en este caso por Manuel Ávila Camacho con la finalidad de ser un sindicato de estado, el gremio magisterial puede dejar de cumplir esa función o al menos la mayoría de los maestros adoptarán una franca actitud de rebeldía  por primera vez en la historia desde su fundación.
La arriesgada promesa de Juan Díaz de la Torre de comprometer el voto del magisterio en las elecciones del próximo 1 de julio de 2018 a favor de Meade, lo único que provocó fue un efecto contrario.  Su llamado pareció la voz de arranque para que los maestros apoyen masivamente  la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
Y es que de manera natural, los maestros ven en esta contienda la forma de cobrarse las humillaciones y agravios de que fueron objeto en el presente sexenio mediante la puesta en marcha de una reforma, a la que los funcionarios del gobierno en especial los titulares de la SEP le llamaron reforma educativa y que resultó ser una reforma laboral.
Con esa mal llamada reforma educativa, los maestros de México  perdieron el contrato colectivo de trabajo, la plaza base, la comisión mixta de escalafón, carrera magisterial y fueron obligados a presentar exámenesde permanencia que les garantizaban su empleo sólo cuatro años, entre otras muchas conquistas con las que ya contaban.
Ese resentimiento acumulado por los maestros en contra de Peña y en especial del extitular de la SEP Aurelio Nuño,que ahora funge como coordinador de campaña del candidato del régimen neoliberal, aunado a la promesa del candidato presidencial  de Morena, Andrés Manuel López Obrador, de que en caso de ganar la contienda del 1 de julio cancelará la mal llamada reforma educativa y establecerá un nuevo acuerdo con la participación de los verdaderos expertos en asuntos educativos que son los maestros, pone en serios apuros al débil y servil líder del SNTE.
López Obrador afirma que lo que llaman reforma educativa y que fue aprobada en este sexenio se trata de una farsa que humilló a los profesores y que nada tiene que ver con mejorar la calidad de la enseñanza en las escuelas del país.
Reitera en cuanta oportunidad tiene el candidato de Morena: “Lo tengo que decir así, claro, breve, para que no quede a malas interpretaciones, no se va a seguir humillando al magisterio nacional, se va a respetar a nuestras maestras, a nuestros maestros,lo que sabemos,  mucho o poco, se lo debemos a ellos,no va a continuar esa farsa que ni siquiera es una reforma educativa, porque no tiene nada que ver con mejorar la calidad en la enseñanza”.
Es un fenómeno histórico,  ver como en los actos de campaña de AMLO de manera espontánea  y sin que se vea un operativo  de movilización,  miles de mentores asisten a los eventos y apenas escuchan lo relativo al planteamiento sobre echar bajo la Reforma educativa,  inmediatamente se escuchan aplausos y vivas de los mentores haciéndose notar su presencia.
Tal parece que uno de los mejores aliados de la candidatura de López Obrador es Juan Díaz de la Torre, pues desde que anunció el respaldo del magisterio al candidato del PRI miles de maestros de toda la república rechazaron tal apoyo y aseguran que no votarán por ese partido
Juan Díaz debe entender que no es el dueño de la voluntad de un millón 673 mil agremiados al SNTE, debe entender que en México se está extinguiendo el corporativismo y que ahora en el magisterio prevalecerá el voto pensado y razonado. Si él,  tiene compromisos políticos, está en su derecho de cumplirlos, pero a título personal. Debe entender que una gran mayoría del magisterio nacional,  no comparte sus preferencias electorales.
Ante los maestros del SNTE, Juan Díaz está evidenciado como un sujeto débil y timorato del que nada se puede esperar en beneficio de los maestros. Un líder de papel que prefirió cuidar su propio pellejo a defender los derechos laborales de los maestrosPor esa razón, es lógico que sólo sus cercanos colaboradores,  comisionados  y allegados sigan sus directrices, pero de eso a que más de millón y medio lo obedezcan, es algo que está por verse.
Los maestros de México están a punto de convertirse en protagonistas de la historia el próximo 1 de julio, pueden contribuir a evitar que ya no gobiernen los mismos y de paso cobrarse las humillaciones de que fueron objeto en el presente sexenio.
Guillermo Orozco Rodríguez.- 9 de abril de 2018.