martes, 16 de enero de 2018

LA CONEJA Y EL VIEJO LOBO 


POR: GUILLERMO OROZCO R.

Alejandro Gutiérrez es un personaje de mucho peso dentro del PRI y está señalado de haber participado en el supuesto desvío de 250 millones de pesos del erario de Chihuahua hacia su partido y utilizarlos  para las campañas electorales de 2016.
El detenido ha ocupado diversos cargos públicos y dentro del PRI, además de ser reconocido como una persona muy cercana al exdirigente Manlio Fabio Beltrones.
Como legislador, Gutiérrez fue diputado local de Coahuila y coordinador de la fracción parlamentaria del PRI entre 1985 y 1988. De 1994 a 1997 fue diputado federal, presidente de la Comisión de Apoyo a la Producción y Coordinador de los diputados del PRI de Coahuila.
En las legislaturas LVIII y LIX, entre 2000 y 2003 fue senador, secretario de la Comisión de Hacienda y Crédito Público.
Dentro del PRI, del cual es miembro desde 1980, ha ocupado diversas secretarías tanto a nivel estatal, inclusive llegó a ser presidente del partido en Coahuila en 1997. Intentó en dos ocasiones competir por el gobierno del estado.
A nivel empresarial, Gutiérrez ha tenido una carrera destacada en los negocios agrícolas, ganadero y minero. En este último sector se le identifica como socio de Minera Frisco, corporación dirigida por Carlos Slim.
No es casual que en el camino de la política y los negocios haya coincidido con la falta de principios que caracterizan al viejo lobo de la política y de negocios no muy claros del sonorense Manlio Fabio Beltrones, que tiene en su currícula una larga lista de corruptelas desde sus tiempos de gobernador de su natal estado norteño.
Beltrones nació en el municipio de Etchojoa en 1952. Nieto de una indígena yaqui que perdió un ojo cuando cortaba leña, logró graduarse de economía en la UNAM a los 22 años (en 1974) y llegó a ser diputado por su estado a los treinta. Su carrera floreció durante el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari. Llegó a ser gobernador de su estado en 1991, a los 38 años. Desde aquella primera vez como diputado en 1982, Beltrones ha sido un priista con puestos prominentes, excepto en la segunda mitad del sexenio de Ernesto Zedillo.
Hay acusaciones muy fuertes por parte de funcionarios de la administración de Cesar Duarte (entre ellos el exsecretario de educación chihuahuense)de que en tiempos de que Beltrones era dirigente nacional del PRI, acordó junto con el prófugo exgobernador de Chihuahua que se triangularan recursos federales (con cursos educativos fantasma), triangulación que la Secretaría de Hacienda encabezada por Luis Videgaray autorizó.
Esa acusación de paso salpica también al precandidato del PRI José Antonio Meade, pues al relevar en el cargo a Videgaray no dio a conocer esos actos de corrupción.
Estas ruidosas notas, el desprestigio del partido político que lo postula y  la falta de oficio político de un candidato que no despega y que se encuentra en un tercer lugar dentro de las preferencias electorales ponen al PRI en un serio dilema, pues aún si se buscara sustituirlo en su candidatura, los daños serían peores y habría el riesgo de que siguiera en tercer lugar, pero muy alejado del panista Anaya a quien se le ubica en segundo lugar en preferencias.
Independientemente de que los actos de corrupción en Chihuahua son denunciados por un gobierno panista y que se dan en el marco del escenario electoral de 2018, a Manlio Fabio lo condena su pasado y pocos dudan que esté ajeno a los hechos en los que se le relacionan.
Incluso el amparo que solicitó y que le fue concedido no hace otra cosa que elevar las sospechas y la imagen que de él tienen muchos mexicanos.
Aun vamos a ver muchas cosas en este agitado año político de aquí al primero de julio, día de las elecciones.
Guillermo Orozco Rodríguez.- 15 de Enero de 2018.

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