SEGUNDO LUGAR Y AMNESIA DEL SISTEMA
Yo dije: “hijos de puta” en PGR.Diego Fernández de Cevallos
No se trata de una pelea en la PGR, ni tampoco de la insistencia sobre lo reportado por la Auditoría Superior de la Federación. Ya habrá tiempo de desahogar pruebas en las respectivas ventanillas. Lo que se avecina realmente en el inmediato plazo (antes de que arranquen formalmente las campañas) es la pelea por el segundo lugar en las preferencias electorales.Lo que hoy dicen las encuestas se va a mover con el avance de los días y esta tregua que se nos dijo que íbamos a vivir de acuerdo a la ley electoral, no lo fue tanto y se convirtió en un caldero más fuerte aún que cuando no hay veda.
Por lo pronto José Antonio Meade y Ricardo Anaya andan concentrados en la pelea por el segundo lugar, al menos el sistema neoliberal al que ambos pertenecen, ha buscado esa estrategia para que se defina ese tan buscado segundo lugar y entonces sí el que lo logre voltee a ver a quien verdaderamente los angustia y trae de cabeza, Andrés Manuel López Obrador.
Razones hay varias, pero conforme se vaya acercando el día de la elección los votantes indecisos, los que por ahora votarían por un independiente y los que jamás votarían por Andrés Manuel López Obrador, optarán por un voto útil que se concentraría en quien esté en segundo lugar.
Los que defienden la candidatura de Ricardo Anaya, se muestran entre sorprendidos e indignados por el uso faccioso de la PGR. No hay ninguna duda de que hay una campaña de desprestigio y que se usa de manera inmoral a esa PGR para golpear al candidato panista a la presidencia.
Ricardo Anaya, en esta ocasión está recibiendo el trato de opositor que él presumía ser. No hay ninguna novedad en el uso faccioso de las instituciones para perseguir a disidentes u opositores. Aunque en este caso pudiera ser un acto de ingratitud contra Anaya. El candidato del frente fue un oficioso aliado durante todo el sexenio del desgobierno criminal de Enrique Peña Nieto. Validó todos los acuerdos del pacto por México y votó en favor (en su paso por la Cámara de Diputados) -sólo que se le olvida o finge no acordarse- de todas las reformas contrarias al pueblo que el actual gobierno impuso al país.
Más aún, fue coordinador de la fracción panista que acompañó todas esas reformas contrarias al pueblo y tuvo uso de tribunas privilegiadas fuera de la Cámara, para defender y elogiar dichas reformas. Fue tan lejos en sus acciones, que incluso llenó de reconocimientos y elogios al actual candidato del PRI a la presidencia, entonces Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, eso es algo que los priistas explotan.
Pero a partir de que se abrió la disputa por el segundo lugar en el camino a la presidencia de la República, la lucha entre Anaya y Meade ha sido despiadada. Aunque esta “guerrita” está muy lejos de acercarse o parecerse a las campañas de odio y difamación que durante años sufrió y sigue sufriendo López Obrador.
Los defensores de Anaya, han llegado al extremo de equiparar la actual ofensiva contra su candidato con el desafuero vivido por López Obrador en 2005. Se les olvida que en 2005, no fue solo la PGR, sino el Poder Ejecutivo encabezado por Vicente Fox (y detrás Marta Sahagún); el Poder Legislativo materializado en una alianza del PRI y del PAN; los medios de comunicación al servicio del sistema y todo el aparato del Estado mexicano, quienes intentaron sacar del camino a López Obrador en la carrera presidencial de 2006.
De ser cierta esta disputa, el sistema priista vuelve a mostrar su verdadera cara como un sistema mal agradecido, pues ya se olvidaron de todos los favores y servicios que Anaya les prestó en el pasado reciente. En esta contienda Anaya debe de desconfiar hasta de su sombra, pues no es lógico que el responsable jurídico de su equipo defensor, el habilidoso salinista Diego Fernández de Cevallos, un día despotrique contra el sistema y otro aparezca muy amigable degustando tacos con el candidato del PRI.
Ojalá y López Obrador esté observando detenidamente esta batalla entre los dos candidatos neoliberales, para que le sirva de experiencia en los ataques y la guerra sucia que se le vendrá a partir del 30 de marzo.
AMLO tiene a su favor el hartazgo de la población, que ya no cree nada de lo que digan o inventen en su contra, pareciera que los ataques fortalecen más su candidatura. Pues es un hecho que millones de mexicanos están dispuestos a colaborar para que a partir del 2018 ya no gobiernen los mismos.
Guillermo Orozco Rodríguez.- 12 de marzo de 2018.
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