viernes, 13 de septiembre de 2019

“DE LA REGIÓN MIXTECA A LA REGIÓN LAGUNERA, UNA RUTA POR LLEVAR EDUCACIÓN AL PUEBLO” 


POR GUILLERMO OROZCO R.

1915-Primer Centenario del natalicio del Profr. Evaristo Cruz Mendoza-2015

* Puso en práctica en San Antonio de los Bravos la filosofía de la Escuela Rural Mexicana.
* Lo único que realmente educa junto con el ejemplo es el trabajo.
* Jamás debe existir divorcio entre trabajo intelectual y trabajo manual.

En el año de 1955 a los casi 40 años de edad, pues nació el 18 de septiembre de 1915, llegó al Ejido San Antonio de los Bravos el Profr. Evaristo Cruz Mendoza, a laborar como maestro en la Escuela Primaria Rural Federal “Despertar Lagunero”, era inquieto, tesonero y trabajador, así lo había sido siempre, traía con él la filosofía cardenista, no podía quedar mal, era uno de los muchos jóvenes de escasos recursos que fueron albergados por el matrimonio Cárdenas – Solórzano en su  domicilio  particular, cuando el general era Presidente del PNR. Costumbre que siguió practicando aun siendo presidente de la República.
Incluso el propio General Cárdenas en un párrafo de sus múltiples escritos lo menciona así:
“De los muchos centenares de niños y jóvenes que mi esposa y yo protegimos, recuerdo a Evaristo, al que muchos conocieron en la Laguna, pues fue director de las escuelas rurales de Sapioriz, la Unión y San Antonio de los Bravos. Excelente maestro rural por cierto y que ahora defiende apasionadamente a los indios – sus hermanos – de  Oaxaca”
A inicios de 1956 apenas a un año de haber llegado al modesto poblado rural ya estaba haciendo las gestiones de lograr la organización completa del plantel, pues ahí sólo funcionaban los grupos de primero a cuarto grado, la planta docente la integraban el Profesor Evaristo Cruz Mendoza a cargo de la dirección de la escuela, su esposa la Profesora Ma. Santos Murillo Nájera que generalmente impartía y de manera excelente el primer grado, además de las hermanas María e Isabel Castorena.
En el ciclo 1957 – 1958 con el apoyo del Profr. Natalio González Frayre que secundando el tesón de Evaristo logran que del plantel egresen los primeros alumnos del sexto grado.
Pero no sólo destacó en el excelente trabajo académico, pues su actividad era integral e incansable. Durante los nueve ciclos escolares completos que como director de la Escuela Primaria “Despertar Lagunero” siempre puso en práctica la filosofía de la Escuela Rural Mexicana.
Con la colaboración de alumnos, maestros y padres de familia, se construyeron cuatro aulas más de las que originalmente existían desde el año de 1938 y algunos anexos.
Con mucho fervor patrio, como buen oaxaqueño diseñó y logró la construcción de un monumento para honrar a Don Benito Juárez, aparte del busto al benemérito, colocó un libro de granito que hacía alusión a la constitución de 1857 y a la actual de 1917. Trajo tierra de San Pablo Guelatao, e invitó con orgullo a la inauguración al Profesor Melchor Sanjuán, su maestro y protector durante su dura infancia.
Convirtió la escuela en un vergel y al mismo tiempo despertó en los alumnos el amor por la naturaleza, para ello plantó un gran número de árboles frutales: moreras, limones, granados, higueras, olivos, entre otros; además habilitó pequeñas parcelitas donde se sembraban hortalizas, haciendo que los alumnos cuidaran y cosecharan los productos que ahí sembraban.
Puso a funcionar porquerizas, granjas de conejos y un estanque donde sembró diferentes especies de peces.
En lo que se refiere al trabajo agrícola practicó la premisa de “aprender haciendo”, logrando producir las cuatro hectáreas de la parcela escolar, en donde los alumnos hacían prácticas agrícolas con el cultivo del algodonero, las ganancias obtenidas de la cosecha se utilizaban en obras de infraestructura escolar, dejando un fondo de reserva para semillas, para fomento educativo y otros gastos.
Toda la actividad emprendida siempre estuvo apoyada por su esposa la Profra. Ma. Santos Murillo Nájera, que en múltiples ocasiones tenía que redoblar esfuerzos   para auxiliar a su esposo que tenía que viajar a la Ciudad de Torreón, a la capital del Estado de Coahuila y en ocasiones a la Ciudad de México para hacer labores de gestoría.
Siempre al lado de los campesinos se convirtió en un excelente gestor social, aprovechando una de las visitas del General Lázaro Cárdenas a la Laguna y sabiendo que era titular de la Comisión del Balsas, logra una entrevista en el Hotel Elvira de la Ciudad de Torreón, donde junto con un grupo de campesinos le plantean que interceda para lograr la concesión de aguas residuales y poder regar sus parcelas más veces por año, algo que además de cumplirles motivó que en un nuevo viaje les hiciera el honor de dar el banderazo del primer riego de dicha concesión.
El General Cárdenas al saber de los proyectos y trabajos que realizaba en favor de sus alumnos, de la clase trabajadora y de los más desprotegidos, le pide que se regrese a su tierra a realizar las mismas tareas, pero ahora en beneficio de los pueblos indígenas de la mixteca, región de donde era originario Evaristo. A partir del año 1964 deja San Antonio de los Bravos para ser nombrado Jefe de la Brigada de Mejoramiento Indígena número 20 con sede en Tlaxiaco; Oaxaca.
En agosto de 1981 visita por única ocasión al Ejido San Antonio de los Bravos desde su partida a Oaxaca,   se le recibe con entusiasmo, cariño y agradecimiento por parte de exalumnos y habitantes de la comunidad.
Fue diputado local por Oaxaca para el periodo 1970 a 1973, posteriormente delegado del programa la montaña de Oaxaca, de Fidepalma y nuevamente diputado local en 1981, periodo que debería concluir hasta 1984, lo cual no sucedió debido a su repentino fallecimiento acaecido el 6 de noviembre de 1981 en un accidente automovilístico, cuando regresaba de la Ciudad de México a Oaxaca.
Es por eso que muy merecido será el homenaje que sus exalumnos, autoridades ejidales, personal docente de ambos turnos del plantel y personas de la comunidad de San Antonio de los Bravos, le rendirán el próximo 18 de septiembre con motivo del primer centenario de su natalicio.En el evento se contará con la presencia de su esposa, hijos y nietos.
Y es que en realidad estos proyectos pedagógicos como los que practicó Evaristo Cruz Mendoza deben seguir vigentes, pues lo que hoy insisten los neoliberales en llamar Reforma Educativa (los del olimpo pedagógico, les llamaba José Santos Valdés) no lo es, en nada se parece al proyecto vasconcelista que se enmarcó en la filosofía de la Revolución Mexicana, ni tiene nada que ver con la visión de Jaime Torres Bodet, de capacitar maestros en lugar de desocuparlos, para aprovechar su experiencia y práctica docente.
La actual no es reforma educativa, a lo más es una reforma tecnocrática y deshumanizadora en medio de una globalización neoliberal mundial; la filosofía de la escuela rural mexicana practicada por muchos entregados maestros rurales, le puede dar claridad a esa capa de burócratas incrustados en la Secretaría de Educación Pública para que dejen de dar palos de ciego.

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