PRESEA AL MÉRITO ACADÉMICO 2017 “PROFESOR EVARISTO CRUZ MENDOZA”
POR: GUILLERMO OROZCO R.
«Vivirás en la memoria de tu pueblo, porque fuiste ejemplo de honradez, trabajo y rectitud»
Así reza un epitafio sobre una lápida en pleno atrio de la iglesia de San Miguel el Grande; Oaxaca, la única que ahí se ubica, es la tumba donde reposan los restos del hombre más popular del Siglo XX que nació sobre este suelo.
A pesar de que el panteón se encuentra a espaldas de la iglesia, por decisión popular la tumba que alberga los restos de este personaje quedó ahí para la posteridad. El modesto monumento parece estar custodiado por dios y los santos del templo en que los pobladores confían, y por la retaguardia el resto de mortales, que fallecieron antes y después que el entrañable líder, muchos de ellos participantes en la construcción del templo, donde se mezclaron lágrimas, sudor y sangre, costo de la conquista espiritual de los invasores europeos sobre los naturales de estas tierras. Heridas de manos, pies machucados y muertos que se quedaron entre los muros de las gruesas paredes de cantera y en el piso, cuya construcción inició hace aproximadamente doscientos años. Es la tumba de un auténtico profeta que pudo serlo en su tierra y en la ajena.
Un 18 de septiembre de 1915, según datos de su familia o de 1916, en su fe de bautismo, se rompe el profundo silencio de la campiña de la falda de un cerro por el llanto de un recién nacido. Ese día en el ocaso del verano y arrullado por las galas del atardecer nace el niño Evaristo, hijo de Román Cruz y Ángela Mendoza, joven matrimonio de origen mixteco, dedicado como la mayoría del parajea la labranza, la molienda y otras faenas de subsistencia. El paraje era conocido como NduaKoso, que significa “lugar o paraje del mono”, perteneciente a la Agencia Municipal Villa Guadalupe Victoria; Oaxaca, que en Mixteco se denomina Ndua-jitoo, que significa lugar prestado (del señor).
Entre días de intenso sol y noches de teas de ocote transcurrió precaria infancia de Evaristo, muy corto tiempo tuvo a sus padres, pues a los 8 años queda huérfano definitivamente, cuando tenía cinco fallece su madre por los rumbos del Monte Verde y gracias a los lugareños, tiene cristiana sepultura, la tumba desaparece y es ocupada por otros difuntos, y tres años después fallece su padre del cual ni siquiera tiene memoria de donde quedaron sus restos.
Pastor de ovejas, labrador, sembrador, arriero y otras tareas que vecinos y parientes le encargaban, para ganarse cada migaja del pan de cada día con el sudor de su frente. Comprendiendo que el dolor es apenas el comienzo de la vida y aún más en aquellos remotos lugares de niños y adultos descalzos y analfabetas.
Con muchas desventajas, más aún que los otros niños, logra que en el pueblo se enteren que allá tras el cerro Shinicuá, vivía entre el monte un niño avispado, ágil, dinámico y con grandes destellos de inteligencia, que a la corta edad de 10 años sorprendía a sus tíos y demás lugareños con sus puntadas y brillantes ideas para la siembra y para construir jacales, él solito llegó a San Miguel el grande donde fue acogido por los mentores Melchor San Juan y la maestra Imelda Aguilar.
Evaristo tiene así el primer contacto con las letras a los 11 años, no le fue difícil ambientarse y convertirse en el mejor alumno de la clase, así pasó poco más de un año hasta que llegaron las vacaciones de fin de año de 1928, en la que se quedó en la casa de sus tutores y maestros a su cargo.
Fue el Maestro Melchor quién lo motivó a que se fuera a la Ciudad de México, le redacta una carta dirigida a Don Lázaro Cárdenas y le da unos cuantos pesos, –te vas por la cordillera, llegas a Puebla, te subes al tren para México y buscas el palacio nacional, ahí tiene que llegar el general a platicar con el Presidente Calles y le dices que vas de mi parte–. –No te asustes de nadie, porque se cargarán contigo, actúa con aplomo–.
Batalló, pasó frío, hambre e indiferencias, pero por fin dio con Lázaro Cárdenas del Río, quien a la sazón alternaba sus actividades políticas como Gobernador de Michoacán y Presidente del Naciente Partido Nacional Revolucionario (PNR) que a la postre sería el hegemónico PRI. Con la sencillez que lo caracterizaba, recibió el mensaje en un español atropellado y pueblerino y la misiva que le enviaba un conocido suyo desde la Mixteca oaxaqueña. El general Apoyó a Evaristo llevándolo a vivir a su propio domicilio, dónde también tenía a otros niños protegidos suyos, que convivían con hijos propios del general de matrimonios anteriores al de Amalia Alejandra Solórzano Bravo.
Al terminar sus estudios básicos decide estudiar para maestro rural, para lo cual la mejor opción era la Escuela Normal Rural de San Antonio de la Cal, en Oaxaca capital, donde culmina sus estudios como maestro rural de educación primaria en 1945.
La SEP lo adscribe a la Escuela Primaria Rural «Lázaro Cárdenas» del ejido Sapioriz, Municipio de Lerdo, Durango, donde inició su labor como maestro. En los cursos de capacitación magisterial a la que tenía que asistir a Torreón, conoce a la Profesora María Santos Murillo Nájera, oriunda de Jiménez, Coahuila, con quien establece noviazgo y poco después matrimonio el 12 de octubre de 1952, en el ejido La Unión lugar en que ambos laboraban en la Escuela Primaria “Agustín Melgar”. Posteriormente es asignado a la Escuela Rural Federal «Despertar Lagunero» del ejido San Antonio de los Bravos; Torreón, Coahuila en 1955, y es aquí donde consolida su mejor labor pedagógica, material y social. En dicha escuela laboraban dos maestras y se tenía instrucción primaria hasta 4o. Año, por gestiones de él, se convirtió en Escuela de Organización Completa, egresando la primera generación en junio de 1958. El maestro que atendió el grupo fue Natalio González Frayre.
En ese lugar organizó a los ejidatarios para lograr que las aguas residuales de la Ciudad de Torreón se utilizaran para el riego de las parcelas del Ejido y así tener una mayor producción agrícola, además implementó dentro de la escuela, las Sociedades Cooperativas, anexos de crianza de cerdos finos, gallineros, conejeras, un lago artificial para la crianza de patos y siembra de peces, así mismo orientó y enseñó a los alumnos de esa Escuela Primaria la siembra de hortalizas. En lo referente a la parcela escolar la convirtió en una excelente unidad de producción y práctica agrícola, los alumnos asistían al cultivo y pizca del algodón.
Por gestiones que inició junto con los campesinos del lugar se logró la concesión de las aguas residuales, este logro motivó que el General Lázaro Cárdenas como titular de la Comisión del Río Balsas acudiera a la Comarca Lagunera a dar el banderazo y la entrega de dicha concesión, y su sorpresa fue encontrarse con aquel hombre que de niño había vivido en su casa, convertido en maestro y líder de la región.
Al saber de los proyectos y trabajos que realizaba en favor de sus alumnos, de la clase trabajadora y de los más desprotegidos en la comarca, le pide que se regrese a su tierra a realizar las mismas tareas pero ahora en beneficio de sus hermanos los indígenas mixtecos, de donde era originario. A partir de ese momento, deja San Antonio de los Bravos al término del ciclo escolar 1963-1964, se regresa a la mixteca con el nombramiento de jefe de brigada de Mejoramiento Indígena número 20.
Ahí en la recién establecida Agencia Municipal Guadalupe Victoria, echó a andar la Brigada que consistió entre otras cosas, en ser Delegado del Fideicomiso de la Palma (FIDEPAL) dicho programa fue en apoyo de los tejedores de sombreros, tenates, petates y más artículos conocidos de palma.
Realizó campañas de salud y educación, a través de sus nexos con el gobierno estatal y Federal, se dotó de escuelas a todas las comunidades rurales de la Mixteca Alta, prosiguiendo luego con la promoción de secundarias técnicas en las cabeceras municipales de mayor tamaño; un CBTA en San Miguel el Grande, a la par que se establecían Centros de Salud, revestimiento de caminos, albergues escolares, sistemas de agua potable, apoyo a campesinos entre otros beneficios.
Fue Diputado Local en 1971-1974, luego, diputado Federal suplente en 1976-1979, Delegado del Programa «La Montaña» de Oaxaca, y en las elecciones estatales de 1980, nuevamente diputado local.
Muere en un accidente automovilístico mientras viajaba de México a Oaxaca, en los primeros minutos del 6 de noviembre de 1981 a los 66 años, paraje entre Tierra Blanca y Tejupan del distrito de Teposcolula Oaxaca.
Es recordado con gratitud y cariño por exalumnos, habitantes y ejidatarios de San Antonio de los Bravos; Coahuila, se le han hecho homenajes y reconocimientos póstumos. El próximo será el próximo 18 de septiembre de este año con motivo del 102 aniversario de su natalicio, en el festival estará presente la familia Cruz Murillo quienes viajarán desde Oaxaca, y otorgar por tercera ocasión la Presea al mérito académico denominada “Evaristo Cruz Mendoza» a los alumnos de sexto grado de la escuela “Despertar Lagunero”. Los galardonados son: del turno matutino Victoria Abril Mendieta Machado y del vespertino Ángel Gabriel Gallegos Gallegos.
Fuentes:
Revista: «Iguales y distintos» del Director Guillermo Orozco Rodríguez.
Recopilación de pláticas y anécdotas diversas de San Miguel el Grande, Oaxaca, de Fortunato Sánchez Merecias.
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