CUALQUIERA CON TÍTULO DE LICENCIATURA PUEDE SER MAESTRO / 570
Guillermo Orozco
“Sería una contradicción si los opresores no sólo defendiesen sino que hasta practicasen una educación liberadora”.
Paulo Freire
Con la reforma educativa,cualquier individuo con título de licenciatura, podrá concursar por una plaza docente, aseguró el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer.
En ese sentido el ahora conocido como “Sargento”, por su estilo represivo y policial, destacó respecto la nueva tarea que tienen las universidades, ya que sus egresados tendrán la oportunidad, si así lo desean, de presentar el examen para una plaza de maestro.
“…como saben ahora cualquiera que tenga un título de licenciatura que quiera presentarse al examen para ser maestro lo puede hacer, así es que junto con las normales hoy nuestras universidades tienen también un papel muy importante en ello”, explicó el funcionario.
Cabe señalar que en ese mismo tenor se ha posicionado la Consejera Presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), respecto a la apertura de los concursos de oposición a los “profesionales en general” a partir de este año 2016.
Resulta contradictorio que la propuesta del INEE no tenga que ver conrecuperar el modelo educativo de las normales, ni con la apertura de más de estas escuelas, cuando los resultados de sus mismos exámenes de ingreso en 2014 y 2015 demuestran que los más aptos para la docencia son precisamente los normalistas, pues ahí existe una tradición ética y pedagógica que ha sido parte fundamental del aporte nacional a la educación mundial que no puede ser simplemente soslayada.
Posturas como estas ponen en evidencia la ignorancia de un gobierno como el de Enrique Peña Nieto, al dejar de lado la importancia de rescatar las escuelas normales, que históricamente han sido ejemplo en la formación de docentes con alto compromiso social y un profundo sentido filosófico y ético.
La incorrecta labor de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en la era neoliberal consiste endesmantelar el proyecto nacional de educación y abrirlo a la consolidación de un proyecto mundial estandarizado y de producción a gran escala de comportamientos y actitudes para la unificación de una sola cultura ajena a la nuestra, todo ello con afanes privatizadores.
Los últimos sucesores de José Vasconcelos no han ocultado su aversión por la escuela pública,además de exhibir su falta de formación patriótica, académica y de conocimiento del sector educativo, así lo demuestra el bajo perfil, de corte administrativo y no pedagógico, o cultural del actual secretario de Educación Pública, lo cual es también un indicio preocupante de la indiferencia del actual gobierno de Enrique Peña Nieto para fomentar un proyecto educativo humanista y sensible a las necesidades sociales.
Que los tecnócratas neoliberales incrustados en el ramo educativo no olviden el esfuerzo pedagógico y el pensamiento filosófico de Valentín Gómez Farías, que sustrajo la enseñanza de las manos del clero y estableció las dos primeras escuelas normales en México y creó la Dirección General de Instrucción Pública.
Que los tecnócratas neoliberales no olviden el esfuerzo pedagógico y el positivismo del primer Ministro de Instrucción pública, Licenciado Antonio Martínez de Castro, que junto con Gabino Barreda impulsó la educación integraldesde la primaria hasta las más altas instituciones científicas, culturales o profesionales.
Que tampoco olviden la enseñanza objetiva de Carlos A. Carrilloen las escuelas formadoras de docentes y sus principios pedagógicos que garantizaban una educación nacionalista y de principios éticos, cuyo esfuerzo continuaron Enrique Laubscher y Enrique C. Rébsamen.
Que los funcionarios actuales de la SEP, no olvidenel esfuerzo educativo de José Vasconcelos, el de los maestros misioneros, el de Rafael Ramírez y sus aportes a la escuela rural mexicana,que no se olviden de las acciones educativas de Jaime Torres Bodet y de otros tantos que demostraron que el normalismo junto con la educación tecnológica y la Universidad es una de las tres columnas vertebrales que sostienen la infraestructuraeducativade este país y de cualquier país.
La defensa del normalismo y de la escuela pública en este país es una tarea de muchos, y el hacerlo evitará que los afanes de grupos empresariales como Mexicanos Primero se apoderen del servicio educativo que debe ser una obligación del Estado.
Por lo tanto, le decimos lo siguiente: no Señor Secretario de Educación, quien tenga una Licenciatura tal vez pueda impartir clases, pero estará muy lejos de ser Maestro.
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