domingo, 19 de junio de 2016



LA INEQUIDAD DE LA LEY / 581


“Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”.
Benito Juárez.
El encargado del despacho de la Secretaría de Educación Pública, pues no se ha ganado el título de Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, es definido como un “antropólogo social”, que gusta de la literatura, apasionado de la historia de México y un hombre estudioso de la Revolución Mexicana. De ser cierto esto, otra sería su actitud respecto  al trato que da inmerecidamente a los maestros.
De ser cierto,  debe saber que los maestros mexicanos a lo largo de la historia,  han sido verdaderos apóstoles de la educación y han pagado con sangre su labor de alfabetizar al pueblo y de erradicar los fanatismos religiosos.
En caso de que le guste la historia,  sabrá que en su momento los maestros mexicanos pagaron las consecuencias del conflicto de la Iglesia y el Estado.Los maestros aportaron los muertos y desorejados, las maestras fueron mancilladas y torturadas.
Nuño Mayer,   que presume  ser un apasionado de la historia,  debe demostrarlo practicando acciones educativas similares a las de los mejores titulares que le antecedieron en el cargo: José Vasconcelos, Narciso Bassols y Jaime Torres Bodet, quienes promovieron y aseguraron que el normalismo junto con la educación tecnológica y la universidad deben defenderse, por ser las columnas vertebrales que sostienen la infraestructura educativa de cualquier país.
Por el contrario, está evidenciado de no  entender los procesos  de la educación en el desarrollo histórico de México, ha cometido graves desaciertos que lo único que han provocado es la inconformidad y la movilización del magisterio en algunas regiones del país.
Producto de los palos de ciego del titular de la SEP, el magisterio como gremio vuelve a protagonizar nuevas jornadas de lucha,  que tienen relación directa con sus derechos laborales y profesionales; ademásde incorporar la bandera que promueve  la defensa de la Educación Pública,  como un derecho fundamental del pueblo mexicano.
Para ejemplo de todo el magisterio del país,  los maestros del centro, sur  y sureste,  no sólo se han movilizado, sino que han movilizado a la población de sus estados. Son los maestros  que trabajan en las escuelas más pobres, los que viven en espacios escolares insalubres,  los maestros peor pagados, los que trabajan en poblaciones con menos de quinientos habitantes.Los que jamás entrarán a programas como Escuelas de calidad o Escuelas de tiempo completo.
Estos hombres y mujeres, como lo hicieron los maestros misioneros, son y  viven pobres entre los pobres, en comunidades campesinas o indígenas.Bajaron del monte, abandonaron las selvas y serranías para exigir un diálogo con las autoridades de la SEP  y con un gobierno que siempre los ha ignorado. Exigen ser tomados en cuenta para aportar sus experiencias, que son muchas y  hacer una verdadera Reforma educativa que verdaderamente enrumbe a la educación de México.
La mejor prueba de que son los líderes naturales de sus pobres comunidades es que no vienen solos, los maestros caminan acompañados de los padres de familia de sus alumnos.  En pocos  días, han acumulado una fuerza nacional impresionante,  que se manifiesta en multitudinarias marchas de apoyo a su lucha y a su demanda de diálogo con el gobierno.
Del centro y sur del país, los educadores del México profundo, el que describe Guillermo Bonfil Batalla,  vienen a la Ciudad  de México y a  las capitales de  sus Estados, porque quieren ser escuchados por los que presumen saber mucho de educación, aunque al menos en este proceso de reforma,  han quedado exhibidos como ignorantes. Los maestros  quieren que los escuchen los que deciden el rumbo de la política educativa de manera unilateral y facciosa.
Ellos son los maestros del pueblo, los continuadores de los alfabetizadores creados en el imaginario de José Vasconcelos. Ahí están los que le siguen dando  lustre a La Escuela Rural Mexicana, ellos son los no idóneos, según la óptica de quienes miden el trabajo docente global,  en base a evaluaciones memorísticas y no en base al buen desempeño con sus niños y el arraigo en  sus comunidades.
El gobierno neoliberal pisotea sus garantías y les aplica métodos de represión vergonzantes ante los ojos del mundo, un mundo globalizado en donde la acción buena o mala se difunde al instante.
Les  pisotean sus garantías individuales frente al silencio cómplice de  los integrantes del Congreso de la Unión, que  callan  y olvidan la dignidad y decoro del papel que deben jugar como poder soberano.
Son víctimas también de los partidos políticos, quienes se mantienen sumisos frente al Ejecutivo, al  firmar  pactos denigrantes,   sin medir las consecuencias de sus acciones y de la posibilidad  del desbordamiento social de una masa harta del incumplimiento a sus necesidades.
El conflicto magisterial se agudiza, la falta de una mesa de diálogoha provocado que lo que inició en los estados del sur sureste vaya sumando aunque de manera aislada a grupos magisteriales de diversas entidades del país.
Lo que el secretario de Educación, que no lo parece por sus estilos y métodos represivos, el Sargento  Nuño, calificó de protestas minoritarias y aisladas,ya suman a varias centenas de miles de maestros en todo el país, la única respuesta del gobierno federal, por cierto fuera de la norma fundamental del país, ha sido el uso de la violencia física contra los maestros que protestan con todo derecho contra la llamada reforma educativa, que a todas luces es laboral.
El magisterio nacional en general, el que lucha y el que no lucha, de la CNTE y del SNTE, son víctimas del abuso y prepotencia  de funcionarios y gobernantes  en turno, son víctimas del abuso y la intimidación policial, el encarcelamiento de Rubén Núñez Ginés y Francisco Villalobos pone en graves aprietos al gobierno, pues el reclamo generalizado es que se deben auditar al resto de las 59 secciones sindicales del SNTE y no sólo a la sección 22, de no ser así su encarcelamiento parecería más una venganza política e intimidatoria o una artimaña distractora para desviar los reflectores de los verdaderos actores de la corrupción y la delincuencia organizada en nuestro país que son los que nos mal gobiernan.
Guillermo Orozco R. 20-VI-2016

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