domingo, 12 de junio de 2016

Pancho Villa / 579


“La incultura es una de las desgracias de mi país, yo prefiero pagarle a un maestro que a un general”.
Pancho Villa

Su nombre de nacimiento fue Doroteo Arango Arámbula;nacido el 5 de Junio de 1878en San Juan del Río (en el estado de Durango), en un México dominado por la dictadura de Porfirio Díaz, los terratenientes, y el imperialismo comercial moderno, con una población en la miseria, donde ya se incubaba la revolución.
De padres analfabetos, peones de hacienda, Pancho Villa el hombre que a sí mismo se construyó, nunca fue a la escuela, pero  tuvo la particularidad de entender la importancia de educarse por su propio criterio.En 1894 en la hacienda de Gogojito, municipio de Canatlán, Durango, huye a la sierra después de herir en una pierna al hacendado Agustín López Negrete, por intento de violación a una de sus hermanas.
Se dedicó a asaltar trenes y bancos, saquear negocios, o atentar contra el sistema, repartiendo entre los pobres gran parte de lo robado; por eso era llamado “el amigo de los pobres”, “el Robin Hood mexicano”. En pocos años se convirtió en una leyenda viva.
Era capaz de alimentar a poblados enteros, despojados por la dictadura de Porfirio Díaz. Conocía profundamente la miseria en la que vivía el pueblo mexicano; tan activo fue en su compromiso con el pueblo que ya  forma partede los grandes personajes de la historia de México.Villa si emprendía verdaderas cruzadas contra el hambre, no como las que implementó recientemente con fines electoreros  Rosario Robles.
En 1910se une al bando de Madero,es  nombrado General honorario de los nuevos  grupos rurales. Se incorpora a las tropas del general Victoriano Huerta, ganó en Rellano la única batalla decisiva, contra el general rebelde Pascual Orozco.
Posteriormente Huerta lo acusó de insubordinación,se le procesó en una corte marcial, y fue condenado a pena de muerte por fusilamiento. Por suerte Madero ya estaba enterado y logró salvarlo, pero como subordinado que obedece a sus superiores, tuvo que encarcelarlo en Lecumberri. Pancho Villa aprovechó el encierro para aprender a leer y escribir en tan sólo nueve meses. En 1912 se le transfiere de Lecumberri a la prisión de Santiago Tlatelolco de donde se evade gracias a  la complicidad de Madero.
“Se convierte en General de Generales al mando de la División del Norte, la cual se forma el 29 de septiembre de 1913 en la hacienda de La Loma, Durango, cuando los caudillos de varios grupos rebeldes de Chihuahua, Durango y La Laguna decidieron unir sus contingentes y elegir a Pancho Villa como jefe común, la División se disolvió el 21 de diciembre de 1915 en la hacienda de Bustillos, Chihuahua, como resultado de la larga serie de derrotas iniciada en Celaya en la primavera de ese año. Este periodo es, con mucho, el más interesante, porque durante esos 27 meses el villismo fue una alternativa real, fue construyendo un proyecto propio y se convirtió en el ejército revolucionario más numeroso y potente de la historia de América Latina.
Pancho Villa se proclamó gobernador militar del estado de Chihuahua,donde tuvo inusitadas acciones de gobierno durante 1913 y 1914.
Dispuso que sus soldados se dedicaran a labores productivas, como medida imprescindible para reorganizar y reabastecer al estado. Emitió moneda propia, “bajo la única garantía de su nombre”, tratando de restablecer el movimiento comercial. También redactó leyes para el estado, con la colaboración de ayudantes letrados.
Fundó más de cincuenta escuelas en la capital del estado,”allí donde veía a los niños corretear por la calle, edificaba una escuela”. Con respecto al reparto de la tierra, confiscó  vastos latifundios de la oligarquía terrateniente(unos 7 millones de hectáreas), y repartió 25 hectáreas a cada hombre adulto del estado, proclamando además su inalienabilidad durante al menos 10 años.
Esto es lo que cuentaJohn Reed de Pancho Villa:
“Durante todos esos años aprendió a no confiar en nadie. Cuando hacía sus jornadas secretas a través del país con un acompañante leal, acampaba a menudo en un lugar despoblado y allí despedía a su guía; dejaba una fogata ardiendo y cabalgaba toda la noche para alejarse de su fiel acompañante. Así fue como Villa aprendió el arte de la guerra; y hoy, en el campo, cuando llega el ejército para acampar en la noche, Villa tira las bridas de su caballo a un asistente, se echa el sarape sobre los hombros y se va, solo, a buscar abrigo entre los cerros. Parece que nunca duerme. En medio de la noche se presenta de improviso en cualquier parte de los puestos avanzados para ver si los centinelas están en su lugar; cuando retorna en la mañana viene de una dirección distinta. Nadie, ni siquiera el oficial de mayor confianza en su Estado Mayor, conoce nada de sus planes hasta que está listo para entrar en acción”.
Eraun hombre que solía despertarse, casi siempre, en un lugar diferente del que originalmente había elegido para dormir. Tenía este extraño hábito porque más de la mitad de su vida adulta, 17 años de los 30 que vivió antes de sumarse a una revolución, había estado fuera de la ley; había sido prófugo de la justicia, bandolero, ladrón, asaltante de caminos, cuatrero. Y tenía miedo de que la debilidad de las horas de sueño fuera su perdición.
Su sueño, el  que le cuenta a John Reed (México Insurgente), es construir  una especie de república de pequeños propietarios independientes,armados, agrupados en pueblos o colonias militares autárquicos (que no dependan del gobierno)  y autosuficientes.
“Cuando se establezca la nueva república ya no habrá más ejército en México. Los ejércitos son el mayor apoyo de la tiranía. No puede haber dictador sin ejército.
Pondremos a trabajar a las tropas. Por toda la república estableceremos colonias militares compuestas por los veteranos de la Revolución. El estado les daría tierras agrícolas y establecería grandes empresas industriales para darles trabajo.
Trabajarían muy duro tres días a la semana, porque el trabajo honesto es mejor que la lucha y sólo el trabajo honesto produce buenos ciudadanos; los otros tres días recibirían instrucción militar y saldrían a enseñar a la gente a luchar. Entonces, cuando la patria fuera invadida, sólo tendríamos que llamar por teléfono desde el palacio de la ciudad de México, y en medio día toda la nación mexicana se levantaría desde los campos y las fábricas, totalmente armados, equipados y organizados para defender a sus hijos y sus hogares.
Mi mayor ambición es pasar mis días en una de esas colonias militares entre mis compañeros que quiero, quienes han sufrido tanto tiempo y tan profundamente por mí. Me gustaría que el gobierno estableciera una fábrica para producir buenas sillas de montar y bridas, porque yo sé hacer eso; y el resto del tiempo me gustaría trabajar en mi pequeña granja, criando ganado y cultivando maíz. Sería bueno, creo yo, ayudar a que México fuera un lugar feliz”.
Fue un hombre que se casó, o mantuvo estrechas relaciones cuasimaritales, 27 veces y tuvo al menos 26 hijos, parecíano gustarle en exceso las bodas y los curas, sino más bien las fiestas, el baile y, sobre todo, tener muchos compadres.
Un revolucionario con mentalidad de asaltabancos, que siendo general de una división de 30 mil hombres, se daba tiempo para esconder tesoros en dólares, oro y plata en cuevas y sótanos, en entierros clandestinos; tesoros con los que luego compraba municiones para su ejército, pues México era  un país que no producía balas.
En 1916 propuso la pena de muerte para los que cometieran fraudes electorales, inusitado fenómeno en la historia de México.
El único mexicano que estuvo a punto de comprar un submarino, que fue jinete de un caballo mágico llamado Siete Leguas (que en realidad era una yegua)
Villa, un hombre al que odiaban tanto, que para matarlo en Parral en 1923 le dispararon 150 balazos al coche en que viajaba; al que tres años después de asesinarlo le robaron la cabeza, y que ha logrado engañar a sus perseguidores hasta después de muerto, porque aunque oficialmente se dice que reposa en el Monumento a la Revolución de la ciudad de México, se asegura queVilla sigue enterrado en Parral.
Villa es ejemplo de la lucha popular y no debe ser  patrimonio del oficialismo gobernante.

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