80 AÑOS DEL REPARTO AGRARIO EN LA COMARCA LAGUNERA Y LA OFENSIVA NEOLIBERAL / 591
“Los derechos se toman, no se piden; se arrancan no se mendigan”.
José Martí
La expropiación de las grandes haciendas algodoneras de la comarca lagunera en 1936 provocó la reactivación económica de la región, pero sobre todo aceleró el crecimiento de la entonces joven Ciudad de Torreón con apenas 29 años de vida como tal.
Con motivo del 80 aniversario del Reparto Agrario en La Laguna,es importante reseñar una cronología de acontecimientos relacionados con repartos de tierras en esta región, durante los siglos XIX y XX, en los que se corrobora que las conquistas de los trabajadores, no son concesiones graciosas ni actos de bondad de los acaparadores de la riqueza o de los gobernantes en turno, sino la justa recompensa al tesón, a la organización y a la lucha de los trabajadores.
El conflicto por la tierra en Matamoros inicia en 1836, cuando un grupo de vecinos solicita por su carácter de baldíos, los terrenos que abarcaban desde la boca del cañón de Calabazas, hasta las tierras delo que hoy esel cuadro de Matamoros, nada lograron.La terquedad del latifundista Leonardo Zuloaga, obstaculizó sus justas pretensiones.
Estos conflictos se solucionan hasta que personalmente en el pueblo de Viesca, el Presidente Juárez, expide un documento fechado el 28 de agosto de 1864, para que se establezca el cuadro de Matamoros, consistente en 18 sitios de ganado mayor (40000 hectáreas), repartiendo 352 lotes de 113 hectáreas, 16 áreas y 28 centiáreas, para cada una de las familias que vivían en constante pugna con Zuloaga.
En el mismo decreto se concedió a los matamorenses el derecho de usar las aguas del río Aguanaval para regar sus tierras y —después, encontrándose el benemérito en la hacienda de La Loma; Durango, el 13 de septiembre de ese mismo año, 1864 —les autorizó también el uso de las aguas del río Nazas, las que derivarían hacia las tierras de Matamoros, por la llamada vega del Caracol.
Otro reparto de tierras efectuado en la Comarca Lagunera fue el de la Hacienda de Avilés, lugar que a partir de entonces se convirtió en Villa Juárez (hoy Ciudad Juárez; Durango) se realizó el 20 de abril de 1917 y se fundamentó con la Ley Agraria del 6 de Enero de 1915,expedida en el puerto de Veracruz.
El 27 de diciembre de 1917 y con base en esa misma Ley, se realiza otro reparto de tierras en La Laguna, el de Bermejillo; Durango, consistente en 1755 hectáreas, tomadas del Perímetro Lavín, antigua propiedad de Santiago Lavín Cuadra, en el municipio de Gómez Palacio; Durango.
Posteriormente el 5 de noviembre de 1922, el presidente Álvaro Obregón Salido entrega a la población de Ciudad Lerdo, Durango, una dotación de 3731 hectáreas, de las cuales 2055 eran de cultivo, favoreciendo a 432 personas.Este reparto tuvo el inconveniente de la falta de previsión de una reserva o fundo legal para el crecimiento de este lugar, lo que limitó su expansión, pues quedó estrangulado su desarrollo y a expensas de la buena voluntad de las autoridades de los ejidos que la rodean.
En lo concerniente al reparto de tierras más grande en la historia de esta región, sus circunstancias se enmarcan en el contexto interminable de la lucha de clases. El desarrollo del capitalismo en el campo lagunero tiene sus contradicciones más fuertes,al generarse la organización de los trabajadores en los diferentes escenarios de luchas sociales, primero la de 1910 y a partir de 1919 otros movimientos donde se nota la influencia del Partido Comunista Mexicano.
En 1935 con la influencia del PCM, con el papel relevante del sindicalismo rojo de la época, la orientación de los maestros rurales y la sensibilidad agrarista de un gobierno nacionalista, se logra la expropiación de las grandes haciendas algodoneras.
El desarrollo de los acontecimientos de la lucha de los proletarios del campo lagunero, tiene su punto más álgido el 11 de junio de 1935, desde las cinco de la mañana se inicia el movimiento de huelga en la Hacienda de Manila,propiedad de Francisco Lozano, dentro del Perímetro Lavín de Gómez Palacio; Durango. El movimiento era encabezado por Manuel Morúa, Tomás Palomino Rojas, Domingo Garibaldi y Cruz Chacón Sifuentes entre otros, agrupados los trabajadores agrícolas en el Sindicato “Librado Rivera”, entablaron demandas como las siguientes:
– la firma de un contrato colectivo
– el aumento salarial de 75 centavos a un peso con cincuenta centavos diario
– jornada laboral de ocho horas, y
– la intervención de un representante del sindicato, al momento de pesar el algodón recolectado.
Los hacendados rechazaron todas las peticiones de los jornaleros, incluso la última, con la que confesaban de manera tácita, el robo de kilogramos que hacían a los pobres trabajadores al momento de pesar su algodón. La huelga duró 32 días generalizándose a otras 107 haciendas, lo que significó el preludio del reparto agrario de 1936.
El presidente Lázaro Cárdenas del Río, turna el 14 septiembre de 1936, la iniciativa de Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública, cuya aprobación generó el histórico decreto del 6 de octubre de ese año.
El decreto de expropiación logra que en tan sólo 50 días el jefe del ejecutivo y sus colaboradores, organizaran la dotación de 218 000 hectáreas de riego y pasto a 34 743 campesinos, en 226 ejidos.
30 de esos 50 días de acciones encaminadas al éxito del reparto, las encabezó directamente el General Cárdenas, quien a bordo del tren Olivo llega el 9 de noviembre de 1936 a San Pedro de las Colonias, tomado como centro de operaciones, partiendo nuevamente a la capital del país el 9 de diciembre del mismo año.
Las primeras tierra que se afectan son las del rancho los Ángeles el 17 de octubre de 1936, propiedad del señor Enrique Marroquín y las de Venecia,cuya dueña era la señora Francisca Luján de Suinaga, ambas en el municipio de Gómez Palacio.
A 80 años del reparto agrario en la Comarca Lagunera, la contrarrevolución iniciada inmediatamente en los gobiernos posteriores al del General han hecho estragos en la región, lo más perverso de ese proyecto se dio con las reformas neoliberales al artículo 27º constitucional, implementadas por Carlos Salinas de Gortari en 1991, la correlación de fuerzas sociales que Lázaro Cárdenas trató de establecer en favor de jornaleros y campesinos, con la reforma agraria de 1936 ya no existe.
Actualmente los campesinos y sus familias viven sumidos en la pobreza, Cárdenas y el reparto son sólo un recuerdo, una efeméride convertida en el carnaval del poblado.
Los descendientes de los antiguos terratenientes han vuelto por sus fueros,primero acapararon la tierra y ahora hay una embestida para acaparar el agua. De los más de 33 mil usuarios con derecho al líquido que se almacena en las presas, la mayoría ya murieron y sus herederos han ido rentando sus derechos, e incluso de manera ilegal han llegado a la venta de ellos, como antes obligados por la falta de apoyo gubernamental, también lo hicieron con sus parcelas.
FUENTE: Historial Agrario del Registro Agrario Nacional, 1996.
Guillermo Orozco Rodríguez. 3 – X – 2016.
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