LA CARTA MAGNA EN SU CENTENARIO / 605
POR: GUILLERMO OROZCO R.
“La constitución es la guía fundamental que nunca debe abandonarse”
George Washington
El 5 de febrero de 2017 se cumplirán 100 años de la promulgación de la Constitución Política de 1917. La celebración de este acontecimiento, se convierte en una efeméride luctuosa para el pueblo mexicano, debido a que con las reformas estructurales del régimen neoliberal se aniquiló el contenido social de nuestra Constitución Política por parte de los legisladores del PRI, el PAN y sus partidos “paleros” al modificar los artículos 25º, 27º y 28º para sacar adelante la “reforma energética”. Debemos recordar, que la actual Constitución Política fue fruto de la lucha armada del pueblo mexicano contra un régimen dictatorial; por recuperar la libertad y los derechos sociales, arrancados al pueblo por el régimen Porfirista, y se dice que lo fue porque con las llamadas “reformas estructurales” –laboral, educativa, fiscal, política y energética– impulsadas desde las estructuras del poder oligárquico y a espaldas del pueblo, terminaron por matar el espíritu social del constituyente de 1917.
La referida constitución fue una de las primeras cartas magnas en el mundo en plasmar una respuesta a las exigencias de hombres y mujeres dedicados al campo y a la industria, es decir las exigencias de los campesinos y los obreros.
La necesidad de poner al día las instituciones del país después de la Revolución Mexicana, obliga a que se lance la convocatoria para una nueva carta magna que contemplara todas aquellas demandas sociales y económicas que no se tocaron en el Porfiriato. El 1 de diciembre de 1916 iniciaron las sesiones del Constituyente en el Teatro Iturbide de la Ciudad de Querétaro –hoy Teatro de la República-,lugar emblemático donde en 1867 se llevó a cabo eljuicio de Maximiliano, Miramón y Mejía, pudiendo así restablecerse la República.
Tras largos e intensos debates parlamentarios, los diputados constituyentes recogieron las demandas sociales, políticas y económicas que le habían dado sustento ideológico a la lucha armada.Los bandos en que se agruparon los constituyentes fueron los del ala radical encabezada por Francisco J. Múgica y los del ala moderada o burguesía terrateniente afines a Carranza encabezados por Alfonso Cravioto.
En lo referente a la riqueza de los debates y la claridad con que se exponían los proyectos de demandas sociales destacaron junto con Francisco J. Múgica Velázquez: Heriberto Jara, Enrique Colunga, Luis G. Monzón, Esteban Baca Calderón, Enrique Recio y Alberto Román, entre otros. Para enojo de Carranza, el grupo de los radicales se impuso y dominó las sesiones del Congreso.
El 6 de diciembre de 1916 se había nombrado la Primera Comisión de Puntos Constitucionales, de la que quedó a la cabeza Múgica. De esta manera se llevaron a cabo los intensos debates. Múgica era de corta estatura, pero al hacer uso de la tribuna su figura se agigantaba al defender como tribuno la enseñanza laica, la libertad de reunión y expresión y los derechos de los campesinos y los obreros.
No todo fue victoria para Múgica, durante el Congreso varias de las propuestas del ala radical fracasaron,tal es el caso del voto femenino, el no poder limitar los privilegios jurídicos que gozaban los militares y no prohibir el alcohol y los juegos de azar.
Sin embargo, el legado más grande de los radicales quedó plasmado en los artículos 3º, 27º y 123º. En la discusión del artículo tercero constitucional predominó y se impuso la concepción nacionalista de Múgica, quien señaló que se trataba nada menos que del porvenir de nuestra niñez, defendió el carácter laico de la educación, incluso llegando a afirmar que el alto clero era “el más funesto enemigo de la patria” y que la educación religiosa era nociva para las mentes del mañana. El ala radical también logró imponer la obligatoriedad y la gratuidad educativa.
En el artículo 27º se estableció el dominio de la nación sobre todo el subsuelo, se limitó la propiedad privada, quedó constituido el reparto agrario y se fijaron restricciones sobre la inversión extranjera en materia de recursosenergéticos y mineros del país.El artículo 28ºcontenía la prohibición de los monopolios.
Por último, el artículo 123º incluyó una reforma laboral muy adelantada para su tiempo. Al finalizar los debates del Congreso Constituyente de 1917, el general Francisco J. Múgica se ganó el reconocimiento de la mayoría de los constituyentes y dejó un importante legado de carácter progresista en la Carta Magna.
Estos datos sobre los debates ya son parte de la historia, para vergüenza de los actuales legisladores, la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, ha sido desmantelada por los integrantes del Congreso de la Unión. Estamos ante una concesión del subsuelo territorial de la nación al mejor postor, pero en especial al imperialismo norteamericano, lo que el presidente Cárdenas nacionalizó el actual gobierno vuelve a entregarlo al extranjero y al gran capital.
Este proceso destructivo del régimen constitucional comenzó en el sexenio salinista, cuando se reformó el artículo 27ºpara abrir la puerta al despojo y la privatización de las tierras ejidales, y culmina en diciembre de 2013, cuando una contrarreforma aún más radical acabó por destruir ese artículo pilar de la Constitución, como también fueron desmantelados en los hechos los originales artículos 3º; relativo a la educación, y el artículo 123º; sobre los derechos y garantías de los trabajadores.
Ante un país en situación de emergencia no queda otra que unirnos y organizarnos en pro de la democracia y contra la corrupción, organizarse por todos los medios al amparo de lo previsto por la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que desde el artículo 1º de la misma garantiza.“En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece”.
Es importante que al amparo de las garantías que aún subsisten en nuestra constitución los ciudadanos nos manifestemos y movilicemos en plazas públicas, en los congresos locales y en el congreso federal para dar marcha atrás a las reformas estructurales y por el rescate de la legalidad constitucional. Esta será la mejor forma de conmemorar esos 100 años de su promulgación.
¡EL PUEBLO TIENE LA PALABRA!
Guillermo Orozco Rodríguez. 30 de Enero de 2017.