EL INE INSTITUCIÓN AL SERVICIO DEL ESTADO
POR: GUILLERMO OROZCO R.
“Tenemos que aclarar, por el bien de todos que los sistemas de información de Resultados Preliminares tuvieron un comportamiento atípico”.
Lorenzo Córdova
Ya se ha dicho mucho respecto a que la alianza PRI – PAN no se ha roto como de repente se especula. La alianza pactada de manera muy visible desde el proceso electoral de 2012, en que regresa el PRI al poder presidencial con la figura de Enrique Peña Nieto, ahora en 2017 se reafirma, aunque se quiera aparentar lo contrario.
Esto es algo que está a punto de corroborarse, pues ya había indicios de que en lo concerniente a los procesos electorales para elegir gobernador en el Estado de Coahuila y en el Estado de México, en ambas entidades hubo acuerdos de cúpula para beneficiar al PAN en Coahuila y para beneficiar al PRI en el Estado de México, pero sobre todo hacer lo posible por borrar del escenario político a MORENA.
El INE (Instituto Nacional Electoral) como órgano administrativo ha declarado que en el Estado de Coahuila se detectaron el 23% de irregularidades en los paquetes electorales. Significa que automáticamente se pueden anular las elecciones en esa entidad. Basta que se interponga el recurso ante el tribunal electoral donde se fundamenten anomalías en ese 23% de paquetes para que se declare la nulidad de la elección, muy a pesar de la constancia de mayoría entregada a Miguel Riquelme candidato del PRI.
Esto nos lleva a la conclusión de que el INE adopta dos conductas diametralmente opuestas respecto a los pasados comicios en Coahuila y el Estado de México. Mientras para el Estado de Coahuila se ha dado una amplia difusión respecto a irregularidades y fraude en el proceso, a tal grado que Guillermo Anaya el inconforme candidato panista a la gubernatura hizo un llamado ciudadano y sumó a los demás candidatos perdedores a la gubernatura a hacer un frente común denominado “Rescate por la dignidad coahuilense”, a la que incluso se sumó el candidato de MORENA Armando Guadiana, quien lo hizo sin condicionar su participación a la formación de otro frente común para exigir el rescate de la también perdida “dignidad mexiquense”.
En el Estado de México la elección se convirtió en una verdadera elección de estado, en esa entidad hubo peores fechorías que las que se suscitaron en el estado de Coahuila, ahí el presidente de la república, los secretarios de estado, los gobernadores y los legisladores del PRI, actuaron descaradamente como mapaches electorales, sin recato, pudor y con trampas sin precedente.Se vivieron las peores prácticas como la compra de votos, el acarreo de votantes y la intimidación de ciudadanos, con el fin de favorecer al candidato del PRI.
Estas acciones fraudulentas pasaron desapercibidas para el INE en el estado de México, con lo que convierten al INE como un árbitro cómplice de todas las fechorías señaladas en esa entidad, mientras en Coahuila ese mismo árbitro declara que ya detectó un 23% de anomalías en el proceso y que por lo tanto las elecciones deben de anularse, con lo que pudiera ser un paso a un eventual triunfo panista, mediante un acuerdo cupular.
Desde antes vimos aparecer en escena a un Diego Fernández de Cevallos, a u Ricardo Anaya y a muchos personajes panistas que de manera muy indignada denunciaban las irregularidades de Coahuila por un lado, pero por otro callaban de manera cómplice las anomalías del proceso electoral en el Estado de México.
De seguir con esta tendencia es casi seguro que el tribunal electoral sin siquiera hacer un estudio minucioso de los agravios denunciados en Coahuila automáticamente declare la nulidad del proceso y se convoque a nuevas elecciones, para que el PAN quede satisfecho y de esa manera se haga de la vista gorda ante los argumentos de Morena sobre el fraude en el Estado de México.
Con esta doble postura del INE se corrobora que los procesos de las entidades referidas tienen un trato diferente. En el Estado de México donde ganó Morena el organismo no se enteró de las irregularidades en el proceso, mientras que en Coahuila ya empieza a argumentarse una serie de irregularidades que pudieran derivar en la anulación de las elecciones y con ello beneficiar al PAN,con esa doble postura se reafirma lo que es un secreto a voces, la alianza PRI – PAN o Prian como se le conoce, alianza a la que se ha sumado también el PRD.
El estado de México en especial sirvió para realizar el experimento más perverso previo a las elecciones de 2018, en donde las instituciones que deben tratar de igual manera a los partidos políticos, les dan un trato desigual y les aplican una justicia selectiva.
La ciudadanía día con día entiende más que las alianzas, coaliciones o frentes con miras a las elecciones de 2018, lo menos que buscan es frenar al PRI y que en realidad lo que se busca es frenar a Morena y a su seguro candidato Andrés Manuel López Obrador.
Guillermo Orozco Rodríguez.- 3 de Julio de 2017.
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