TIEMPOS NUEVOS EN EL SNTE
POR: GUILLERMO OROZCO R.
Al general Manuel Ávila Camacho le interesaba la integración del magisterio nacional, además de acabar con la teoría de la educación socialista, sustentada por el General Cárdenas, por lo que dentro del engranaje gubernamental nombra como titular de la SEP, a un rabioso anticomunista, el Licenciado Octavio Vejar Vázquez, quien persiguió y cesó masivamente a cientos de maestros identificados con el cardenismo (Igual lo hizo Aurelio Nuño Mayer en el sexenio peñista)
El presidente Ávila Camacho necesitaba un sector magisterial estuviera al servicio del régimen y con la bendición gubernamental se convoca a un Congreso de unidad magisterial, en la Ciudad de México el 30 de Diciembre de 1943. De este congreso surge el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE.
El SNTE hasta hoy es un sindicato de Estado, después de servir históricamente al nacionalismo revolucionario desde su fundación, se convierte en defensor de la política neoliberal a partir del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, en que es designada, más no electa como Secretaria general del gremio a la controversial Elba Esther Gordillo Morales. Desde entonces la lideresa magisterial sirvió a los presidentes en turno sin importar el origen de los partidos que los postularan, incluso en 2006 promovió abiertamente ante un bloque de gobernadores del norte afines a ella, el cuestionado triunfo de Felipe Calderón.
El papel más denigrante como organización se juega a partir de 2013 al arribar presidente Enrique Peña Nieto, en el que se convierte en un sindicato blanco. El régimen peñista representó la culminación del programa neoliberal en México: la entrega de las industrias petrolera y eléctrica a las compañías trasnacionales, principalmente norteamericanas; las concesiones antinacionales de la minería a los monopolios mexicanos y foráneos, que impusieron el saqueo de los recursos de la nación, la destrucción de la naturaleza y el despojo a las comunidades indígenas y de campesinos. Además la etapa más negra que hayan vivido los maestros, la eliminación de sus derechos fundamentales, la campaña de desprestigio y las evaluaciones punitivas. Ante estos escenarios el SNTE fiel a su estilo se convirtió no sólo de ser un sindicato charro, sino en un Sindicato blanco con líderes que apoyaron ciegamente el programa neoliberal.
Todas estas situaciones y la simpatía y esperanza que despertó la candidatura de López Obrador provocaron que de manera masiva el magisterio nacional votara por la alternativa de quien les prometía echar abajo la mal llamada reforma educativa.
Elba Ester, fiel a su estilo de apoyar a quien tiene posibilidades de ganar y con la experiencia política adquirida a lo largo de 23 años al frente del sindicato, otea el triunfo de López Obrador, de paso aprovecharía para vengarse de los que la sacaron del escenario político y sindical y monta una red electoral con personajes de su entera confianza para apoyar abiertamente la candidatura del posible triunfador.
Al terminar su proceso judicial, en el que de manera insólita es absuelta de todo delito, se dedica a golpetear a la dirigencia del SNTE, con el argumento de la legalidad estatutaria, en la que se dice la dirigente legítima, presiona a un ya muy débil y acotado Juan Díaz de la Torre quien en durante la 47 sesión extraordinaria del Consejo Nacional anuncia una licencia definitiva.
Es posible que el sucesor de Díaz, Alfonso Cepeda Salas sea tan sólo un hombre de papel al servicio de Elba Esther y que sirva como trampolín a que nuevamente el grupo elbista se apodere del SNTE.
La licencia de Díaz de la Torre crea un escenario de lucha por el poder del SNTE, en el que participan tres grupos: los afines a Díaz de la Torre, los partidarios de Elba Esther y la CNTE, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que estaría viviendo un buen otoño político, en un escenario que jamás se le había presentado.
Pero las reglas del juego de poner en práctica el voto universal, directo, libre y secreto en todos los ámbitos sindicales desde las delegaciones, las secciones sindicales y el Comité Ejecutivo Nacional pueden propiciar que el SNTE sea dirigido por maestros de base, prestigiados en sus secciones sindicales y que antes en que imperaba el método de delegados, que eran fácilmente cooptados por los dirigentes en turno, hacían difícil y hasta imposible que obtuvieran posiciones de dirección en el gremio.
El SNTE se encuentra en una nueva encrucijada. Las aguas se mueven de manera turbulenta; Juan Díaz de la Torre se va; (que bueno, porque la base nunca lo nombro); ¿Pero quién le dijo a la antigua dueña del SNTE que es bienvenida? Elba Esther Gordillo Morales no debe regresar al sindicato como dirigente, tiene derecho a una parte proporcional en la dirección del mismo, lo que si debe regresar es el dinero que le robo al magisterio. Ya es tiempo que los trabajadores de la educación despierten y se atrevan a vivir la democracia; que dejen de temerle a los cambios de fondo y sacudan las estructuras anquilosadas de ese sindicato y de ese sindicalismo de Estado. Tampoco se debe esperar hasta el 2024 para convocarse a un Congreso Extraordinario del SNTE; éste debe convocarse ya; en 90 días.
Guillermo Orozco Rodríguez.- Diciembre 3 de 2018.
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