A UN AÑO DEL TRIUNFO ESPERANZADOR
POR: GUILLERMO OROZCO R.
La aplastante e histórica victoria electoral de AMLO representó un triunfo esperanzador para el pueblo de México. Las expectativas de cambio se expresaron a través de una oleada de luchas y demandas reivindicativas: primero los pobres, echar abajo la mal llamada reforma educativa, el hartazgo de la población ante el saqueo y corrupción de los gobiernos neoliberales, hicieron más fácil el triunfo de AMLO.
Pero no basta con triunfar, hace falta también la consolidación del proyecto de gobierno y una estructura que le permita gobernar y soportar los embates de quienes heridos por la pérdida del poder que ejercieron, se encargarán de poner una serie de obstáculos para que a su gobierno le vaya mal.
No debemos de emocionarnos de que el triunfo de este movimiento esperanzador es ya la puesta en marcha de un régimen socialista en el que los trabajadores tomen el poder, esto es apenas un paso para que a futuro se termine con la corrupción y se sienten las bases para que la situación de desigualdad mejore, una especie de nacionalismo revolucionario que ante lo que representó el gobierno neoliberal significa un pequeño avance.
Millones de personas ven al gobierno de AMLO como un gobierno propio. Pero en realidad López Obrador aglutina intereses irreconciliables, Morena es una especie de “Frente Popular” donde se combina el deseo de cambio de las masas, pero al que llegaron todo un ejército de arribistas y “asesores” de los intereses empresariales montados por arriba, tratando de moderar y frenar el proceso de cambio o se mudaron de barco. En realidad AMLO llega al gobierno con un programa reformista bastante tímido y recibiendo numerosos grupos de políticos salidos del PRI, PAN y PRD, donde anida el huevo de la serpiente. Incluso en Morena, que debe ser el partido fuerte del presidente no hay un esfuerzo unitario para que funcione como el organismo superior de lucha que fortalezca a AMLO y a su IV transformación, incluso los elementos más débiles, atacados y aislados en el nuevo partido son los viejos luchadores sociales con olor a izquierda.
Los dirigentes y muchos militantes de morena no tienen pasado histórico, para ellos la lucha política empezó apenas en 2014, el pasado lejano de la izquierda que se forjó en la trinchera de la lucha social, para ellos no existe.
A un año del triunfo avasallador de AMLO, la popularidad del presidente sigue con un porcentaje de aceptación enorme que sobrepasa el 75%, pero su partido, sus diputados, sus senadores y los funcionarios del gabinete han tenido un largo proceso de aprendizaje que no termina y que de repente lo debilitan, provocan con ello que López Obrador tenga que sortear todo tipo de tempestades de manera unilateral.
Tenemos que ser más audaces para que las mentiras repetidas por los adversarios de AMLO en contubernio con los medios chayoteros al estilo Goebbelsiano, de repetirlas cientos y cientos de veces para que acaben por tomarse como verdad no tengan éxito. Que la gente conozca que el gobierno de AMLO ya retiró las pensiones de los expresidentes, que bajó los sueldos de altos funcionarios, que ya puso en venta al avión presidencial, que aumentó al doble las pensiones de los adultos mayores, que ya echó a andar el proyecto del Tren Maya, que casi se extermina el huachicoleo con las gasolinas, que eliminó el aeropuerto de Texcoco en el que había negocios millonarios, que echó abajo la mal llamada reforma educativa, que puso en su lugar a antorcha campesina, que convirtió a los pinos en un museo con acceso libre al público y que tiene una imagen de gran aceptación en la comunidad internacional. Todo eso y más en menos de seis meses.
El triunfo de AMLO es una de las coyunturas más importantes de los tiempos modernos. A pesar de que tengamos que discutir y reflexionar sobre lo que se tiene que enmendar en el nuevo gobierno, todos debemos estar dispuestos a apoyar la IV Transformación y estar a la altura de esta gran oportunidad histórica.
Por eso se tiene que reiterar que ese triunfo electoral de 2018, fue un triunfo del pueblo de México y que conmemorarlo a un año sirve para tomar nuevos bríos para enfrentar a esa oposición que sigue necia en no asimilar su derrota.
Guillermo Orozco Rodríguez.- 1º de Julio de 2019
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