MARÍA RODRÍGUEZ MURILLO, LA MAESTRA MANCILLADA
POR: GUILLERMO OROZCO RODRÍGUEZ
* Fue víctima igual que muchos maestros rurales del fanatismo religioso
* El gobierno no cerró los templos como se nos ha dicho, perversamente los templos los cerraron los curas
El día del Maestro se instituyó oficialmente el 15 de mayo de 1918, bajo la premisa de que el maestro había sido factor decisivo del progreso de la nación y dado que los maestros fueron de los primeros en unirse al movimiento revolucionario de 1910.
Durante la Guerra Cristera, de 1926 a 1929, en la que el clero se opuso a la educación laica y en general al laicismo, muchos maestros fueron perseguidos por los cristeros. En la década siguiente renovaron sus ataques.
En esa época, los intentos de implantar la enseñanza socialista y los rudimentos de la educación sexual en las escuelas primarias motivaron reacciones violentas de grupos de fanáticos que destruían escuelas y libros de texto, asesinaban, mutilaban y ultrajaban a maestras y maestros rurales.
Un caso muy sonado fue el de la Maestra María Rodríguez Murillo, conocida o mencionada casi siempre como María Murillo. Me compartieron hace días una placa alusiva a la maestra mártir que hace que reviva esta crónica que nos debe hacer entender que las víctimas de ese fanatismo fuero casi siempre los maestros rurales. Muchos de ellos al dejar al descubierto su cuerpo traían escapularios o medallas con imágenes religiosas.
Era originaria del rancho de San Antonio, Tabasco, Zacatecas y nació el año 1891, sus padres fueron Higinio Rodríguez y Brígida Murillo. En los años 1932-1933 prestó sus servicios como maestra rural en el Plateado, Zacatecas. En el año 1935 se encontraba laborando en la comunidad de Huiscolco del municipio de Tabasco. Para esas fechas la revolución cristera casi había llegado a su fin solo pequeños grupos de bandoleros y saqueadores quedaban en diferentes regiones de Zacatecas, Jalisco, Michoacán y Nayarit principalmente.
Se cuenta que en la madrugada del día 26 de octubre de 1935 llegó a Huiscolco un grupo de hombres armados que se dirigieron a la casa donde vivía la maestra, la obligaron a salir para interrogarla sobre si tenía libros de literatura comunista e inmoral. Ella contestó un tanto temerosa que sus libros no eran inmorales, que eran libros de apoyo didáctico y los utilizaba para enseñar a sus niños, sus libros nada tenían que ver con la filosofía comunista. Ella enseñaba el alfabeto y manualidades a niños, jóvenes y señoras de la comunidad.
Haciendo caso omiso a sus ruegos de que la dejaran en paz, la obligaron a entregarles todo el pequeño archivo escolar y los libros que poseía. Por unos minutos los bandoleros se retiraron a revisar los documentos cuando estos se retiraron, los vecinos que acompañaban a la maestra, le rogaban que abandonara el lugar, le proponían esconderla para que nada malo le sucediera pues ya presentían el regreso de los facinerosos y sabía cómo se las gastaban para castigar a los maestros de ese tiempo. La maestra segura de su inocencia no aceptó huir prefiriendo hacer frente a su fatal destino. Nunca creyó que aquellos perversos a quienes en forma personal les había proporcionado ayuda y servicios, fueran a lastimarla.
Más tarde regresaron los cristeros y echándole en cara que el contenido de los papeles y libros eran cosas malas, la sacaron a tirones de su casa, le rasgaron sus ropas dejándola desnuda, lazándola de la cintura la arrastraron a cabeza de silla por callejones de la comunidad. No conformes con su infamia los descastados, cortaron con un cuchillo sus senos a la maestra y la dejaron sangrando y moribunda a las orillas del rancho. Al filo del mediodía los vecinos recogieron su cuerpo aún con vida y la trasladaron a Tabasco en donde murió.
Fuente: Asesinato de la maestra María Rodríguez Murillo.- Francisco Javier Sandoval Ortega, Cronista Municipal de Tabasco, Zacatecas.
Guillermo Orozco Rodríguez.- A 4 de Noviembre de 2019
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