MADERO EL ILUMINADO
Guillermo Orozco
“Un buen gobierno sólo puede existir si hay buenos y ejemplares ciudadanos”.
Francisco I. Madero.
Este 22 de febrero de 2016 se conmemora el 103 aniversario del asesinato de Francisco I. Madero, junto con José Ma. Pino Suárez.
Francisco I. Madero no murió a las afueras de Lecumberri, como se empeña en repetir la historia oficial. Su asesinato en realidad ocurrió en las caballerizas de Palacio Nacional, a manos de un militar drogado que no tuvo reparos en maltratarlo antes de meterle un tiro por la mandíbula.
El militar de apellido Cárdenas acepta su culpabilidad y relata cómo fueron los hechos al ser apresado en Guatemala, según el historiador Carlos Betancourt.
Estos detalles no se consignan en ningún trabajo histórico, pero un archivo integrado por más de 230 cartas y telegramas, además de mil fotografías inéditas que pertenecieron a Alfredo Álvarez Anaya, amigo y secretario particular de Francisco I. Madero han sido la base para una investigación al respecto por parte de Betancourt.
Los documentos además de dar claridad sobre los hechos del asesinato, muestran también de manera contextualizada y sin tabúes el interés de Madero por el espiritismo, como una disciplina normal en esa época.
Contrario a lo que muchos analistas e historiadores han dicho sobre la personalidad de Madero respecto a que era un soñador e iluso, poco a poco se va disipando esa idea para presentarnos a un Madero lleno de visión política y gran acervo cultural.
Un ejemplo de los muchos que existen de su gran producción escrita es el siguiente Manifiesto a la Nación pronunciado el 15 de junio de 1909 en la convención del Partido Anti-reeleccionistacon motivo del inicio de la Campaña Electoral.
MEXICANOS:Se acerca uno de los momentos más solemnes de nuestra historia.El año entrante, cuando nuestra Patria cumpla cien años de haber proclamado su independencia, deberemos resolver un problema trascendental, de cuya solución, dependerá nuestro porvenir como nación libre y soberana.
Hace más de 30 años que el Gral. Porfirio Díaz se encuentra al frente de los destinos de la Nación, y como resultado de las frecuentes reelecciones ha concentrado en sus manos un poder absoluto, que si bien usado con relativa moderación, ha traído al país los grandes males que siempre dimanan de tal régimen de gobierno.
Ahora la justicia ampara al más fuerte; que la instrucción pública se impartesólo a una minoría de quienes la necesitan; que los obreros mexicanos emigran al extranjero en busca de más garantías y mejores salarios; que se han emprendido guerras sangrientas, costosas e mutiles, contra los yaquis y los mayas; que se han hecho concesiones peligrosas al extranjero,y por último que el espíritu público está aletargado, el patriotismo y el valor cívico deprimidos, y no debemos olvidar que el ideal de los pueblos debe ser fomentar esas virtudes, únicas capaces de salvarlo en las grandes crisis. Lo que actualmente pasa en nuestro País, causa pena y vergüenza.
A pesar de la claridad de sus escritos durante su efímero gobierno 1911 – 1913, Madero fue presa de ataques encarnizados por parte de la prensa, se le ridiculizaba por abrazar una doctrina espiritista, varios diarios capitalinos lo calificaban de “un loco que se comunica con los muertos”.
Lo que sí está comprobado es el convencimiento del propio Madero de que es un ser predestinado a trascender en la vida, un iluminado cuya misión es dirigir y orientar a un pueblo carente de justicia y democracia.
En las sesiones espiritistas en las que Francisco I. Madero participaba, que eran fantásticas y desmesuradas (que tal vez podrían ser un anticipo de la escritura automática de los surrealistas), trabó contacto con dos espíritus: Raúl, su hermano fallecido de niño, y José, quien fue sustantivo en su vida y, por extraña coincidencia, en la del país. Madero fue lanzado a una lucha política y moral que transformaría a la nación en su conjunto, que la sacudiría de principio a fin, de extremo a extremo.
De esta manera, siempre guiado por espíritus redactó un libro que fue fundamental en México, La sucesión presidencial y más adelante el Plan de San Luis. Fue perseguido por la dictadura y lo hizo un gran rebelde, tenaz y bondadoso, pero capaz de levantar a un pueblo en armas y realizar una gesta soberbia: la Revolución Mexicana, un movimiento cuya magnitud lo aterró y paralizó.
Una vez caído el dictador, Madero supuso que México sería otro, sin considerar que la estructura política y económica, y en especial militar, quedaban intactas cuando lo correcto hubiera sido destruirlas, es decir permitió que en México siguiera imperando el Porfiriato sin la presencia de Don Porfirio.
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