domingo, 4 de noviembre de 2018

MANUEL MARCUÉ PARDIÑAS


POR: JOSÉ LUNA ORTIZ

Manuel Marcué Pardiñas fue a lo largo de toda su vida un incansable luchador social, agrónomo egresado de la Universidad de Agricultura de Chapingo, fundó y dirigió dos revistas emblemáticas, de obligada consulta para los estudiosos de este país: Problemas Agrícolas e Industriales de México (1946 – 1959) y Política (1960 – 1967). La primera eminentemente técnica, publicó estudios sobre México de autores de talla internacional, que pronto se reeditaron convirtiéndose muchos de ellos en libros clásicos; fue asimismo espléndido escaparate, dado su gran formato, de temas culturales. La segunda se constituyó en un trascendental órgano de información y foro de libre discusión de libre discusión política y social, en una época del país en que los medios de comunicación estaban mayormente domesticadospor un régimen de partido único, autoritario y presidencialista, que no toleraba la mayor disidencia, y todo ello en un mundo bipolar en medio de la guerra fría.
En Política bajo su dirección, colaboraron destacados intelectuales que hicieron invaluables aportaciones a la formación de una generación de ciudadanos críticos, y a la lucha democrática, la cual en este 2018 marcó un hito.
Tal vez esa haya sido su mayor contribución al país, su grano de arena, pues desde sus páginas se manifestó siempre al lado de las causas del pueblo, apoyó las luchas por la paz, defendió la Revolución cubana, defendió la libertad de los presos políticos, reprobó los abusos y los crímenes perpetrados desde el poder y se solidarizó con las luchas de los ferrocarrileros, los maestros, los médicos y los estudiantes. Estas posiciones fueron sin duda la causa del acoso que sufrió, y la razón de su encarcelamiento en 1968 en Lecumberri por alrededor de dos años, junto con los líderes del movimiento estudiantil. Nunca cejó en sus convicciones y hasta sus últimos días lucho por defender las causas populares, Durante décadas cada dos de octubre, levantó su voz para exigir castigo a los culpables del artero crimen de Tlatelolco, y lo hizo entre otras formas a través de la publicación en importantes periódicos de circulación nacional.
Sus lectores comulgaban con la tarea de encabezar una lucha antiimperialista, lo mismo en el Caribe, África, Asia o América. Por lo tanto estuvo bajo la mirada inquisidora de los gobiernos de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz y se identificó como el órgano de coordinación de ayuda y apoyo a los movimientos revolucionarios en México y el mundo.
Intelectuales de distinto orden dieron vida a sus páginas, entre ellos: Fernando Benítez, Carlos Fuentes Macías, Vicente Lombardo Toledano, Enrique González Pedrero, Carlos Monsiváis Aceves, además de las caricaturas políticas de Eduardo del Río que le causaron escozor a Gustavo Díaz Ordaz y a la clase política. Dio espacio en sus páginas a los ferrocarrileros presos en la prisión de Lecumberri: Demetrio Vallejo y Valentín Campa.
José Luna Ortiz.- 5 de Noviembre de 2018

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