UN PEQUEÑA APORTACIÓN SOBRE LA FUNDACIÓN DE LA ESCUELA NORMAL EXPERIMENTAL DE GÓMEZ FARÍAS, CHIH.
Por Pedro Medina Calderón
Esta es una historia complementaria que ayudará a comprender más las notas anteriores y una mejor comprensión de aquellos contextos históricos de la sierra chihuahuense.
Al inicio del sexenio de José López Portillo (1976-1982), su primer Secretario de Educación Pública Lic. Porfirio Muñoz Ledo, proyectaron 100 Escuelas Normales “Experimentales”. Les llamaron así porque se anunciaban para regiones marginales de la selva, el desierto y la montaña donde estudiaran jóvenes de una región dada para esa misma región.
El proyecto en el papel parecía convincente sobre todo porque las destinaban a formar maestros rurales llamando a egresados de las Normales Rurales para fundarlas. Así me invitaron a mí a través del Profr. Misael Macías Velázquez, mi exdirector en San Marcos. Fui designado el 1º de septiembre de 1977 para fundar la Escuela Normal Experimental de Gómez Farías. Ignoro por qué se abrieron solamente menos de la mitad y las que se abrieron lo hicieron sin presupuesto. Nos sostuvimos con muchos sacrificios de los alumnos, los campesinos y los padres de familia.
Era justo desconfiar del proyecto. En 1972 había fracasado un segundo intento de cerrar las que quedaron en 1969 de aquellas 29 Escuelas Normales Rurales que tuvimos. No se conformaron con haberles mutilado la secundaria (golpe muy fuerte al proyecto pedagógico porque los jóvenes ya no se formarían en el internado) y a las pocas que dejaron como Bachillerato las fueron desapareciendo y a otras las dejaron sólo con Licenciatura tras reforma de 1984. En mi caso, anhelando siempre volver a abrir a Salaices decidí participar con todo y los temores ya que después de todo aquellas Escuelas Normales (Rurale)s Experimentales no eran substitutivas de las nuestras y más bien podrían entenderse como complementarias ( aunque sin internado) tomando en cuenta que se publicaba entonces que muchas escuelas rurales estaban cerradas por falta de maestros. En ese tiempo surgieron también los de las becas-conafe.
En Chihuahua se fundaron realmente dos con el perfil. Una en Guachochic y la nuestra en Gómez Farías. La primera estaría en el corazón geográfico de la sierra tarahumara y la otra en la sierra de Madera y la histórica “Babícora”(baja, alta y San Miguel). Por razones que ignoro a una Normal Urbana por cooperación que había en Parral le otorgaron también el carácter de “experimental” e irónicamente de las tres es la única que queda.
Mi nombramiento lo firmó el Profr. Napoleón Villanueva a nombre de la Dirección General de Educación Normal. No había edificio, ni plazas, sólo 90 alumnos seleccionados previo examen, un Patronato y Maestros de la localidad.
Desde luego el SNTE me objetaba y mi pasado se prestaba para que bloquearan el apoyo necesario. Pensé que hacer la escuela y el destino de aquellos jóvenes valían más que persona y me consagré por completo a esa misión. Un egresado de Tamatán llamado Jesús Cruz Tijerina y
otro del CREN de Cd. Guzmán me ayudaron y contra viento y marea la escuela sobrevivió lo suficiente para ocho generaciones de excelentes maestros rurales para la región.
El grupo de Ramón G. Bonfil llegó a la Dirección General de Educación Normal a través de Eduardo Maliachi y Miguel Hugo Sevilla Uróbel. Me cobraron la afrenta de haberlos derrotado en 1972 cuando quisieron cerrar las Normales Rurales, que todavía subsisten. En México me dijeron que de plano mi expediente en Normales ni existía y que mientras estuviera de Director no habría plazas a los Maestros. Me regresé a mi primaria y me alegré después, aún cerrada la escuela, que algunos de mis compañeros siguieron como catedráticos en Saucillo.
De aquellas Normales Experimentales quedan pocas. La que más conocí es la de Nieves, Zacs que exitosamente dirigió mi gran amigo y compañero Ruperto Ortiz Gámez, egresado de San Marcos.
Creo que el normalismo en general está ahora amenazado, no sólo las Normales Experimentales o Rurales.
El debate por la teoría pedagógica, en esta nueva realidad del capitalismo neoliberal globalizado, convoca a debatir el futuro de la educación y el magisterio incluyendo las instituciones donde ellos se forman.
La complejidad social de la época reclama profundidad a partir de la historia, que no debe ser ignorada.
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