EL SNTE, UN SINDICATO BLANCO EN EL QUE POCOS CONFÍAN
POR: GUILLERMO OROZCO R.
“Si quieres poner a alguien en un pedestal, coloca a un maestro. Pues los maestros son los héroes de la sociedad”
GuyKawasaky
El SNTE es un sindicato de Estado, después de servir históricamente al nacionalismo revolucionariodesde su fundación, a partir de 2013 arriba al sexenio de Enrique Peña Nieto como un sindicato blanco. El régimen peñista representó la culminación del programa neoliberal en México: la entrega de las industrias petrolera y eléctrica a las compañías trasnacionales, principalmente norteamericanas; las concesiones antinacionales de la minería a los monopolios mexicanos y foráneos, que impusieron el saqueo de los recursos de la nación, la destrucción de la naturaleza y el despojo a las comunidades indígenas y de campesinos. La eliminación de los derechos fundamentales de los trabajadores y del pueblo.Ante este escenario el SNTE fiel a su estilo se convirtió de sindicato charro, en un Sindicato blanco con líderes que apoyaron ciegamente el programa neoliberal.
La ofensiva legislativa de Enrique Peña Nieto modificó, regresivamente, los artículos 3º y 73 constitucionales, reformó la Ley General de Educación, expidió la Ley para la Evaluación de la Educación y la Ley General del Servicio Profesional Docente, que eliminaron la bilateralidad en las relaciones entre los trabajadores de la enseñanza y el Estado, liquidó la estabilidad en el empleo, dejó en la más completa indefensión al profesorado de educación básica de la SEP, eliminó la antigüedad como fuente de prestaciones y se privatizó la educación.
La mal llamada reforma educativa hizo aparecer a los docentes como los responsables de la mala calidad educativa, ocultando que esas propuestas respondieron a las indicaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Con ese esquema neoliberal se promovieron medidas punitivas contra los maestros,que fueron víctima de tratos humillantes y acciones represivas a quienes se atrevieron a inconformarse, además de una propaganda negra y perversa que puso a la sociedad en contra de los mentores.
Para confundir al pueblo, se impulsó una enorme campaña contra los trabajadores de la educación mediante la televisión, la radio, la prensa y otros medios de comunicación de masas. Destacó por su beligerancia el grupo Mexicanos primero, organismo que incluye a personeros de Televisa, Grupo Modelo, Grupo Lala, Cinépolis, Bimbo, Santander y FEMSA.En este procesoen que los maestros fueron víctimas, no victimarios, los dirigentes sumisos fueron cómplices del trato que se les dio a sus agremiados.
Los retrocesos políticos en el mayor sindicato de México, con la llegada de Juan Díaz de la Torre al frente del SNTE, se resumen en los siguientes hechos: la conversión de éste en un sindicato ya no sólo charro, sino en un sindicato blanco cada vez más lejos de la defensa de los intereses de los trabajadores de la educación. Un sindicato que apoyó sumisamente las reformas constitucionales y legales que afectaron en sentido negativo los intereses y derechos de sus agremiados.
La supuesta “reforma educativa” no abordó los objetivos y contenidos de la educación, los métodos pedagógicos, la infraestructura escolar y el rol de los maestros, los educandos, los padres de familia y la sociedad en el proceso de enseñanza-aprendizaje, nunca pugnó por elevar la calidad educativa, pero en cambio, constituyó una reforma laboral que liquidó las conquistas magisteriales logradas a lo largo de la historia sindical.
No se equivocaron Pablo González Casanova, Raúl Vera López, Gilberto López y Rivas, Ana Esther Ceceña y otros intelectuales al señalar que: “En los hechos, la reforma educativa es una reforma laboral-administrativa contraria al artículo 123 constitucional, que pretende desmantelar retroactiva e inconstitucionalmente los derechos adquiridos por el gremio magisterial, afectando su permanencia en el empleo, sus salarios y condiciones de trabajo y jubilación, así como los procesos de escalafón e ingreso, sin resolver, por otro lado, los problemas del rezago educativo, analfabetismo, falta de equidad, y las graves carencias en la infraestructura escolar. Se rompe también con la gratuidad de la educación con la validación de las cuotas, y se pretende, con supuestas atribuciones de autonomía y ‘gestión escolar’, poner la carga económica sobre la sociedad y los padres de familia. Sustraeal Estado de sus obligaciones constitucionales, obliga al sistema educativo a depender de financiamientos externos espurios que pudieran tomar el control de las escuelas públicas, y ser administradas, en los hechos, por la iniciativa privada e, incluso, por asociaciones religiosas”.
Por el mal papel jugado por los líderes blancos del SNTE, una amplia mayoría de los maestros adheridos al gremio ya no confían en la organización sindical, y además están dispuestos a votar por un candidato diferente al que oficiosamente apoya el débil y cuestionado dirigente Juan Díaz de la Torre.
Es impresionante ver los grandes contingentes de maestros en los actos de campaña del candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, muchos de ellos dispuestos a promover el voto y vigilar casillas, con un entusiasmo que crece ante la promesa de AMLO de echar abajo la reforma laboral disfrazada de educativa. Los maestros no quieren nada con el candidato del PRI, mucho menos con Aurelio Nuño, coordinador de la campaña priista que como titular de la SEP jugó un papel represor en contra de ellos.
El magisterio es un sector muy importante de la sociedad que puede ser decisivo en el proceso electoral de 2018, los maestros están a punto de hacer historia y contribuir a que los que tanto los golpearon y humillaron ya dejen de gobernar y de paso rescatar al SNTE.
Guillermo Orozco Rodríguez.- Abril 23 de 2018.
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